5/31/2014

POP POLITICO: "Regret" (1993), New Order



1993 y “Regret” de New Order suena en la radio. Una canción es suficiente para perforar la consciencia, trasladando la posibilidad de un sentimiento de transformación. 1994 o 1995 y esa es todavía la banda sonora. La secuencia “Regret”, “World”, “Ruined in a day”; brillante. Justo al mismo tiempo en que The Stone Roses publican su Second Coming. Pero Republic de New Order le lleva la delantera en el walkman. Poco después se impondrá The Best of New Order. Años más tarde, en 2001, “Crystal” se convertirá en un himno. Más guitarrero. Recuerdo Viena, año 2001, “convención dedálica” y “Crystal” sonando en el apartamento improvisado de un artista británico. Pero todavía hoy “Regret” es una de mis canciones favoritas de NO porque me recuerda los días en los que un crecimiento en la consciencia únicamente podía traer una nueva identidad. 

Veinte años atrás. El videoclip en cuestión (uno de los dos rodados por la banda) es irónico. Los vigilantes de la playa, y Hooky en pose guerrero aporreando el bajo. Paródico. Republic marca el final de Factory Records para NO. London Records se hace cargo de esta producción cuyo trabajo artístico refleja el modo de vida de la costa oeste, playas, surf, incendios, cowboys y rascacielos. Peter Saville, entonces en California, es el responsable artístico. El alejamiento del estilo sobrio anterior es indicativo de los cambios profundos en la banda. Aunque Republic no está considerado como uno de los mejores álbumes de la banda, e incluso permanece denostado para muchos fans, sin duda, es uno de mis preferidos. Repetitivo y adictivo. Alejado de la contención y purismo anterior y del guitarrero que vendrá después con Get Ready, este álbum es POP serio a la vez que lúdico.

5/22/2014

OPEN: Arquitectura, dialéctica y ciudad


Città aperta. Open city. La denominación es heredera del título de la película de Roberto Rosellini (1945) y permanece desde entonces en el manual de uso para toda arquitectura y urbanismo que se pretenda renovador. La mencionada fecha, 1945, era también una barrera a franquear para los pensadores del espacio. Una frontera entre la barbarie y la promesa de un futuro mejorado. La revisión crítica del legado moderno que comenzó en el periodo de post-guerra introdujo no pocas novedades del legado funcionalista e industrial. Sin embargo, conviene recordar que la Unidad de habitación en Marsella de Le Corbusier comenzó a planificarse justo al finalizar la Guerra Mundial, hasta su conclusión en 1951-1952. Las condiciones del alojamiento y la vivienda, su salubridad y calidad, eran entonces algunas de las preocupaciones principales para aquellos pensadores del espacio.

La representación del espacio abierto de la arquitectura puede servirnos aquí para una conceptualización del concepto de lo abierto en nuestra sociedad, en donde el cartel OPEN, como en cualquier restaurante de carretera americano, permanece colocado 24/7 en nuestros entornos laborales y domésticos. Todo nos parece aparentemente abierto, libre, desde los códigos numéricos de la cultura digital al Open source de las licencias y el software. Vivimos en un mundo abierto donde las fronteras entre el interior y lo exterior, lo público y lo privado, el trabajo y el no trabajo permanecen difuminarse. Resulta interesante el modo en el que los arquitectos del llamado Movimiento Moderno (Mies, Le Corbusier y demás) reaccionaron ante este concepto de apertura y cómo lo abierto, en oposición a lo cerrado, evolucionó a lo largo del siglo XX. En un principio fue la ruptura con el espacio burgués claustrofóbico y clasista para la que la transparencia funcionaba como pantalla del adentro y el afuera. La misma idea de pabellón, como una arquitectura funcional y temporal, llevó este principio de la apertura hacia su límite. Los ejemplos son numerosos en este sentido, siendo el pabellón Barcelona de 1928 de Mies Van der Rohe una de las cimas.


Aldo Van Eick, plano-esquema del pabellón de Sonsbeek, 1966.

Resulta esclarecedor pasar de la arquitectura de la pre-guerra (incluyendo la estructura Dom-ino de Le Corbusier, 1914-1915) a algunos ejemplos realizados después de la Segunda Guerra Mundial. Fijémonos en un pabellón holandés, diseñado por Aldo Van Eick para la exposición de escultura en Sonsbeek en 1966. Este pabellón fue derruido y solo se conservan algunas fotos, dibujos y sketches. El pabellón fue reconstruido en 2006 y es hoy en día perfectamente visitable. La validez de esta arquitectura está en que ella misma se sitúa como forma escultórica a la vez que como un signo-forma. Durante décadas el pabellón de Sonsbeek ha sido un ejemplo de la llamada “arquitectura en papel”, es decir, un tipo de arquitectura que destaca más por su cualidad teórica y conceptual que por ser un espacio real experimentable. Aquellos que la visiten podrán juzgar al respecto. En cualquier caso, es difícil encontrar una forma que ejemplifique mejor una concepción de lo abierto diferenciada de sus predecesores modernos, incluido el pabellón de Gerrit Rietveld para la exposición de Sonsbeek de 1954.


Muros paralelos de ladrillos acementados y zonas curvas. Armonía entre opuestos.


Lo verdaderamente atractivo en Van Eick es la búsqueda de la complejidad laberíntica en una forma de gran claridad casi orgánica, completamente distinta del estructuralismo formal derivado del racionalismo moderno; un utopismo en la voluntad creadora y una orientación conciliadora entre opuestos. Aquí, la oposición entre muros paralelos y las formas curvas o redondas alcanza un grado de armonía que estimula zonas dormidas del cerebro. Todo ello enmarcado en un círculo, un “Mandala” visionario en el que querríamos vivir y dormir. Unión de opuestos: a menudo se ha simplificado el instante de la dialéctica en Hegel como si la “síntesis” fuera un simple resultado salido de la fusión (o el término medio) de dos antagonismos irreconciliables. Pero una representación de la contradicción es superior cuando la tensión se mantiene intacta aún en perfecta convivencia y armonía. Pensar esta arquitectura en términos dialécticos me parece una posible contribución a la propia historia de la arquitectura como a la propia dialéctica, necesitada ésta de imágenes y representaciones mentales y cognitivas (siempre locales, nunca universales) que ayuden a vislumbrar los misterios y dificultades de su conceptualización.


Una de las pocas imágenes que quedan de la maqueta original. "Paper arquitecture".


Pero además de ser una imagen del pensamiento, este signo-forma es también algo muy funcional que realiza lo que se supone debe hacer: ofrecer espacio y cobijo a una serie de esculturas de las vanguardias artísticas del siglo XX. La claridad es la marca, y el interior laberíntico no tiene pérdida ni angustia. Se ha mencionado este pabellón como definidor de algunos rasgos de Van Eick, entre ellos la correspondencia que se da entre la arquitectura en sí y su ampliación “modélica”: me refiero al edificio como ciudad y la ciudad como edificio. Esta relación entre las partes y un todo es aquí otro rasgo dialéctico de gran calado. De este modo, las paralelas equivaldrían a avenidas y calles (callejones si queremos), y los círculos a plazas de ciudades o parques, etc. Existe entonces un cambio de lo micro a lo macro, un pensamiento de la ciudad y la urbanidad a partir de algo aparentemente tan simple como un pabellón para alojar un conjunto de esculturas.


Imagen del pabellón en 1966.



Uno de los numerosos Playgrounds diseñados por Van Eick.


Existe en este sentido una forma más o menos fractal, que relaciona las partes con el todo y que puede funciona a escalas variables. La reciprocidad es entonces otro concepto a destacar; allí donde la simultánea reconciliación de opuestos, entre paralelas y círculos o entre la constricción y la expansión alcanza una dimensión social y humana. Conviene recordar en este sentido los innumerables parques infantiles que Van Eick diseño por todo Holanda en los años sesenta (por centenares) y que ahora mismo están representados en la exposición Playgrounds que tiene lugar en el Museo Reina Sofía de Madrid. El espacio público pensado a partir del mundo infantil o, la educación como liberación de lo reprimido.

El niño como modelo de sociabilidad emancipadora: algo de esto ya estaba presente en el pensamiento de Oteiza. También la ciudad como horizonte y destino final del proyecto del arte. Niño y ciudad no solo forman uno de los ejes de la obra del arquitecto y urbanista holandés, sino que permanece en el centro de un modelo para el habitar que el desastre de la Segunda Guerra Mundial orientaba hacia un nuevo humanismo necesitado de nuevos valores de sociabilidad. En 1953, justo un par de años de que concluyera la Unidad de habitación de Le Corbusier en Marsella, no muy lejos, en Aix-en-Provence, tuvo lugar el IX Congreso del CIAM (Congrès International d’Arquitecture Moderne), momento éste historizado en numerosas ocasiones. En ese marco, los ingleses Alison y Peter Smithson presentaron su retícula Urban Re-identification Grid. La cuestión del hábitat era problematizada. El hábitat, así como la vivienda y el alojamiento, era el centro de interes de las discusiones de la época, es decir, la ampliación del hábitat al concepto de environment o entorno construido (ver aquí el nº 5 de la revista online Rosa b Environment and Design), noción capaz de conjugar las necesidades físicas propias a los habitantes así como sus dimensiones espirituales. La intervención de Alison y Peter Smithson consistía en reemplazar la jerarquía funcionalista de alojamiento, trabajo, circulación y ocio por categorías más fenoménicas tales como casa, calle, distrito, relación y ciudad. Una parte de su retícula recogía las ideas de los arquitectos de su proyecto de una superestructura de viviendas en la Golden Lane Estate en Londres.


La reticula de A + P Smithson y Nigel Henderson para IX CIAM 1953

La vida cotidiana, lo cotidiano, alcanzan un estatus de urgencia nunca antes visto. (Las grandes contribuciones a la conceptualización espacio por Henri Lefebvre vienen marcadas por algunos de sus títulos, desde conceptos clave como el “derecho a la ciudad” y sus estudios a lo cotidiano, everyday). La parte derecha de A + P Smithson incluía fotografías de Nigel Henderson, un artista del Independent Group. Mostraban imágenes de niños jugando en las calles de Bethnal Green, entonces una de las zonas más pobres de Londres. Niños andando en bicicleta, patín, jugando a la cuerda, la rayuela… Estos juegos de infancia condensan e ilustran un conjunto de valores que inspiraran a los jóvenes arquitectos presentes en el CIAM y que nos reenvían a lo cotidiano. El llamado Team X nació en aquel congreso del CIAM, con Aldo Van Eick, o el catalán Josep Coderch entre ellos. La improvisación y la espontaneidad, la invención, la coreografía urbana, la sociabilidad y la flexibilidad territorial fueron algunos de los rasgos de una escisión en el seno de la arquitectura moderna marcada por el utopismo y la visión de izquierdas.


Artistas y arquitectos en armonia. Independent Group.
Alison y Peter Smithson con Nigel Henderson y Eduardo Paolozzi.

Regresamos al concepto de OPEN. APERTO. ABIERTO. OUVERT. Y pensamos en el concepto de escuela. No en la educación en sí sino en la escuela como forma-concepto. ¿Pues qué sería una escuela abierta de noche y de día pero que no participa de la economía capitalista del 24/7? Ciudad abierta, escuela abierta. Edificio como ciudad y ciudad como edificio. Ideas-nodo para un pensamiento dialéctico.

5/13/2014

El problema de la multitarea (2)

Jonathan Crary, 24/7 Late Capitalism and the Ends of Sleep, Verso, 2013



La escena tuvo lugar hace unos días en una exposición de cine-vídeo. Una pareja de unos treinta años sentados en un sofá, en la oscuridad de una sala perfectamente acondicionada para la obra cinematográfica de Laida Lertxundi. En lugar de observar la gran pantalla donde se pasaba la obra, cada uno de los dos permanecía absorto en sus pequeñas pantallas líquidas, reseteando información. Luz blanca en sus rostros. Multitarea.

La atención es un estado perceptivo al que, al menos desde la modernidad, se le ha prestado no poco interés. Recordemos la aperción de la obra de arte reproductible en Walter Benjamin, esto es, la arquitectura o el cine modernos experienciables desde un estado de distracción. Por otro lado, la observación de los modos de percibir la ciudad moderna y el desarrollo de una conciencia cinematográfica también condujo a la reinvención de los puntos de vista y el movimiento en la experiencia de la arquitectura. (Por ejemplo en la concepción para el urbanismo del Townscape, una mezcla entre la clásica representación del paisaje y el espacio urbano).

La atención es ahora un estado para la dispersión. La distracción tiene en la concentración su opuesto, y mucho del stress y la ansiedad que el trabajador inmaterial sufre en nuestra contemporaneidad pasa por una pérdida de la capacidad para la concentración. El aplazamiento o, mejor dicho, la dilación, se ha convertido en el modo en el que gestionamos nuestro tiempo. La demora o detención de algo por algún tiempo produce al mismo tiempo una gratificación inmediata como una sensación de pérdida a la larga. Los ejemplos de cómo los dispositivos de uso y los aparatos electrónicos tienen un impacto en formas sociales a pequeña escala (una comida, una conversación, en una clase escolar) se han convertido en un lugar ya común. Para Crary, la externalización de lo individual en un lugar de escrutinio non-stop y de regulación es algo que está en perfecta continuidad con la organización del estado del terror y el paradigma militar-policial del dominio del espectro-total. (Crary, p. 32) Argumenta que los cambios más recientes conciernen no a nuevas máquinas para la visión, sino más bien a una desintegración de las habilidades humanas para ver, especialmente una habilidad para la discriminación que incluya valoraciones sociales y éticas.

En medio de procesos de homogeneización, redundancia, aceleración y una masiva sincronización de las temporalidades, al contrario de lo que muchos argumentan, existe una progresiva disminución de las capacidades mentales y preceptúales más que su expansión o modulación. No creo que haya que realizar muchos estudios para comprobar que un % altísimo de retuits que llevan links a artículos en la red se realizan sin ni siquiera haber comprobado antes el contenido de texto que difundimos. Lo mismo ocurre con los artículos que añadimos al apartado de favoritos para leer en otro momento y a los que nunca regresamos. La cantidad de libros que chequeamos, juzgamos, recomendamos y promocionamos sin ni siquiera haber leído una mínima parte; las películas que vemos a partir de traileres; las exposiciones que leemos en la prensa pero que no visitamos. Más que contenido propiamente, retenemos indicios y marcadores (markers) de su existencia.

La multitarea en la educación y la pérdida de la atención genera desórdenes en adultos y adolescentes a través no de una intensificación aparente de los estímulos que provoca un estado de excitación permanente. (El concepto de “la señorita”, según la descripción del colectivo Tiqqun. es 100% un tipo evolucionado de 24/7). Chequear 14 veces al día Facebook cuando se puede vivir la vida entera en la interfaz Facebook. La atrofia del cerebro incluye papeles importantes en el comportamiento y la cognición como son la actividad motora, la motivación y la recompensa, el sueño, el humor, la atención y el aprendizaje.

Algunos fragmentos sobre esta monitorización global del tiempo 24/7 son:

“Because one’s bank account and one’s friendships can now we manager through identical machinic operations and gestures, there is a growing homogenization of what used to be entirely unrelated areas of experience”. (…) “Real-life activities that do not have an online correlate begin to atrophy, or cease to be relevant. There is an insumountable asummetry that degrades any local event or Exchange. Because of the infinity of content accesible 24/7, there will always be something online more informative, surprising, funny, diverting, impressive than anything in one’s inmediate actual circumstances”. (…) “Even in the absence of any direct compulsion, we choose to do what we are told to do; we allow the management of our bodies, our ideas, our entertainment, ald all our imaginary needs to be externally imponed. We buy products that have been recomendad to us through the monitoring of our electronic lives, and then we voluntarily leave feedback for others about what we have purchased”. (Jonathan Crary, p. 59-60)



5/08/2014

El problema de la multitarea (1)




“Do one thing at the time” era la primera regla de la lista de Fischli/Weiss para trabajar mejor.
Pero que cada vez más esto no resulta fácil de hacer. La dificultad para experimentar el tiempo en bloques homogéneos es uno de los problemas del trabajo actual. Jonathan Crary ha señalado lúcidamente que con la progresiva indistinción entre los tiempos de trabajo y de ocio, el trabajador contemporáneo permanece alerta en una franja de tiempo que se expande 24/7.[1] Ese es también, por otra parte, el tiempo para el consumo sin descanso. Sin duda es la tecnología y la creciente computerización de todos los estratos de la vida privada y pública los que modifican nuestros hábitos. El capitalismo de ansiedad se extiende cómodamente a esa una franja que abarca la totalidad de la vida. Fue Marx el primero en definir el concepto de plusvalía. Lo que es de resaltar aquí es que ese mismo concepto vale tanto para definir la fuerza de trabajo que el capitalista hurta al trabajador, sometiéndolo a un régimen preestablecido pero impuesto de 8 horas de trabajo/8 de sueño/y 8 de ocio, como para explicar el auto-sometimiento al sistema del que voluntariamente participamos en nuestras sociedades cognitivas y del trabajo inmaterial.

En la plusvalía (digamos tradicional) es el excedente del trabajador, es decir, el trabajo sobrante en tiempo cuantificable que se emplea en la fabricación de un objeto material (pongamos una mesa) de lo que el empleador se beneficia. Poco a poco ese tiempo se extiende fuera del horario de trabajo, donde el ocio permanece predeterminado y el sueño (o el inconsciente) queda como único refugio para la fantasía del individuo aunque, como bien aclara Crary, las horas de sueño son el último espacio colonizado por el capital. De esta manera el capitalismo se apropia de la vida entera. Pero en el capitalismo inmaterial y desrregulado actual, en donde cada uno es su propio “jefe” o “empresa” (o eso se nos dice), la plusvalía es el horizonte final de un trabajo donde nunca nada es suficiente.

Como cualquier producto bien diseñado del capitalismo tardío, los ordenadores personales son auténticas herramientas ambivalentes, capaces de proporcionar la mayor de las libertades creativas y de empoderamiento a sus usuarios como también de someterlos a la autovigilancia, el control y la escucha infinita. Un artículo el año pasado en The New Yorker ponía el énfasis en el modo en que los ordenadores debilitan nuestro cerebro hoy en día. (Leer aquí). En ese artículo se describían hallazgos u obras geniales realizados para la literatura y la ciencia (por Franz Kafka, Jack Keruac y los inventores de Apple, Steve Jobs y  Steve Wozniak), esto es, gente que tuvo que concentrarse en una actividad en un bloque de tiempo muy concentrado y con herramientas (una simple máquina de escribir en los escritores) las cuales únicamente podían realizar una única actividad. Cito aquí sin necesidad de traducción:

“On the one hand, today’s computers feature programming and writing tools more powerful than anything available in the twentieth century. But, in a different way, each of these tasks would be much harder: on a modern machine, each man would face a more challenging battle with distraction. Kafka might start writing his book and then, like most lawyers, realize he’d better check e-mail; so much for “Das Urteil.” Kerouac might get caught in his Twitter feed, or start blogging about his road trip. Wozniak might have corrected an erroneous Wikipedia entry in the midst of working on Breakout, and wrecked the collaboration that later became Apple”.


Más allá de lo pertinente de estas especulaciones transhistóricas, lo que el artículo plantea es que la multitarea ha devenido en un problema más que una solución y que entre ser herramientas de concentración y eficacia, la tecnología actual funciona como instrumento de distracción y dispersión. Esto está relacionado con el esfuerzo realizado por la propia evolución del ordenador personal (donde Apple juega un rol esencial) donde la democratización de su uso desde al menos los ochenta pasa por implementar la multifuncionalidad y simultaneidad de tareas e interfaces. Pero, ¿alguna vez hemos pensado cuantas veces cambiamos de ventana o interfaz al día? En el espacio confinado de una oficina (pongamos que en una franja de ocho horas), la frecuencia para saltar entre ventanas en la pantalla puede ser exponencialmente sorprendente. Calculable, pero sorprendente. Dos minutos de atención en algo… y a otra cosa.
En este sentido, los ordenadores son auténticas “armas de distracción masivas”. Mientras prestamos atención a varias cosas a la vez tenemos la  sensación de que estamos aprovechando mejor el tiempo, pero diversos estudios nos dicen que se trata de una percepción equivocada, pues la multitarea confirma que en realidad se tiene menor capacidad para concentrarnos y filtrar la información relevante.

Una de las consecuencias de la multitarea está en el estrés que genera, con las consecuentes problemas para gestionar el descanso y sobre todo el sueño. La multitarea no solo conlleva la combinación de múltiples actividades sino más bien la ampliación de la percepción 24/7, lo que a la larga genera una precarización en el criterio a la hora de valorar lo que importa y lo que no, la información relevante de la irrelevante. Evidentemente las redes sociales encabezan la lista de estas “armas de distracción masivas”.  La adicción a la información es el reverso del aburrimiento, pero entre éste y la adicción ya no hay distancia. La excitación de esta avalancha de información genera ríos de dopamina en el cerebro y como en toda adicción, al igual que en la plusvalía, nada es suficiente. 24 horas 7 días a la semana.


[1] Jonathan Crary: 24/7 Late Capitalism and The Ends of Sleep, Verso, Londres, 2013. 

5/03/2014

How to work better

How to Work Better, Fischli/Weiss, 1991