9/15/2008

DAVID FOSTER WALLACE (1962-2008)






David Foster Wallace, uno de los escritores más influyentes de la literatura norteamericana actual fue encontrado muerto el pasado viernes 12 de septiembre en su casa. Suicidio. A la edad de 46 años, Foster Wallace era ya uno de los grandes de la literatura por su ambición e innovación sin límites, recogidas en su "opus magnum" "La Broma Infinita" (Infinite Jest) (Mondadori, 2002), aunque publicada originalmente en 1996. A la hora de analizar su obra se pueden trazar paralelismos con autores mayores como Thomas Pynchon. Dotado de un ojo clínico, su obra no era únicamente posmoderna sino que ambicionaba la disección de los estratos sociales con un sentido del humor dotado de un calor humano. Para mi Foster Wallace ha supuesto un modelo de escritura donde literatura y periodismo se aliaban en aras a un modelo que podría considerar como de "meta-comentario". Su recurso a las notas a pie de página es importante y ha supuesto una inspiración para algunos de mis textos, sobre todo en la manera en la que éstas cobran vida y se independizan del texto-madre, adquiriendo un sentido de escritura que es inacabable pues cualquier idea puede ser comentable hasta el infinito en un juego de referencias, "name-dropings" y otras derivas "esquizofrénicas". Otro de sus valores estaba en su capacidad para contar, narrar, dentro del ámbito de una especie de "new-new journalism". "Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer" (Mondadori, 2001) es en este sentido exquisito y divertido a partes iguales. David Foster Wallace ha permanecido siempre como un modelo donde poder de vez en cuando contrastar mi escritura dentro del arte en relación a géneros que se hibridan, se mezclan, donde el análisis exhaustivo no tiene por qué condenar el divertimento, la ironía o el placer. Descanse en paz.